
Nació en Alemania hace 40 años, con el objetivo de un entrenador de buceo quien
quería hacer más “divertidos” los entrenamientos. Se juega con un pelota rellena de
agua de mar, se enfrentan 11 contra 11 y los jugadores tienen aletas, anteojos y un
tubo de oxígeno. ¿El objetivo? Anotar en el cesto del equipo contrario, que está a
cuatro metros de profundidad. Se permite el contacto físico.
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