No son pocos los peligros que acarrea alcanzar las cimas más altas del planeta. Cada año mueren alrededor de 40 personas
intentando lograr tales propósitos y cerca de una centena se ven
atrapados en aludes (relacionados en su mayoría con prácticas derivadas
del esquí). Las malas condiciones climatológicas tienen un doble efecto:
por un lado, la dificultad se incrementa si se decide partir en un
estado así, y por otro, provocan una peligrosa concentración de
escaladores cuando éstas remiten.
Una de las montañas más atractivas, pero también más inseguras es el monte Everest
(localizado en el Himalaya), que se levanta hasta los 8.848 metros
sobre el nivel del mar. Aunque son muchos los que han hecho cumbre,
otros nunca regresaron. Por ejemplo, desde que en 1971 falleciera Jordi Matas, primer escalador español que perdió la vida allí, son 67 los españoles muertos en expediciones a este lugar del mundo.
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